La época en que se gestó e hizo realidad el sueño de El Exorcista es de lo más recurrente. A la era del liberalismo y de la reivindicación de la libre independencia y libertades de todo tipo (el hippismo en estado puro), se unió una descontrolada vocación y fascinación adjunta por la figura de Satanás y los iconos religiosos. Todo ello convirtió a Estados Unidos en un país ecuménico abierto a todo tipo de ritos, sectas y credos que utilizaban muchas veces la figura del Diablo como efigie a la que adorar. La rebeldía del momento acabó por imponer una libertad que permitía todo tipo de aberraciones en todos los ámbitos (ya sea sexual, político y social). Unido al éxito de la polémica y reivindicativa película Easy Ryder, de Dennis Hooper y la brutal agresión por parte de los temidos “Ángeles del Infierno” a una comunidad afroamericana, hay que asociar la multitud de grupos musicales que entonaban estruendosas odas a la figura del Maligno, encabezados por sus “Satánicas Majestades”, los Rolling Stones de Mick Jagger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario