El relato de terror, el misterio y lo oculto son temas que siempre han tenido mucha aceptación entre los espectadores y los amantes del cine. El género de terror jamás fue el mismo luego de que se exhibiera la película estadounidense, El Exorcista, esta sin duda marcó de manera significativa la forma de hacer películas de terror, ya que los efectos especiales que el director William Friedkin implementó en este filme, nunca antes habían sido vistos en la industria cinematográfica. El realismo, las crudas y duras imágenes que se presentan sobre la posesión de Regan McNeal (Linda Blair) quedaron grabadas en la memoria los espectadores y en la historia de esta industria.
Es considerada una de las mejores en su género y fue acreedora de múltiples premios, como Mejor Guión y Mejor Sonido, en los Premios Oscar; Mejor película-Drama, Mejor Director, Mejor actriz de Reparto, en los Premios Globos; entre otros. Además, obtuvo buenos resultados en costo-beneficio, al tener un récord de recaudación que superó a “El Padrino” y “Lo que el viento se llevó”, apenas en su primera semana en taquilla. Un dato interesante es que tras estrenarse la película aumentó de manera significativa el número de jóvenes que decían estar poseídos.
La trama de la película se basa en la historia real que William Peter Blatty plasmó en la novela “Exorcist”, publicada en 1972, que se consolidó como un éxito al vender cerca de 13 millones de ejemplares solo en Estados Unidos. La historia se basa en una publicación del periódico The Catholic Review, que relataba el exorcismo de un niño (Robbie Mannheim), historia a la cual dio seguimiento y en 1971 cuando escribió el libro, realizándole algunos cambios, el más evidente el género del protagonista.
El director hace un manejo extraordinario del guión narrativo del filme, la implementación de los efectos especiales a lo largo de la trama y la dosis de suspenso que contiene impresionan a la audiencia sin llegar al abuso o sobre uso de los mismos. Friedkin, mediante los efectos especiales, el maquillaje y el manejo de los planos con la cámara, lleva a su máxima expresión la posesión satánica, con escenas muy realista, mezclando además de la maldad, la parte religiosa y el misterio que sobre el tema de la posesión demoniaca se tiene en la Iglesia Cátólica. Efectos como el giro de la cabeza de Regan, la levitación, la lengua de serpiente, la masturbación con el crucifijo, el aspecto y maquillaje de la niña, son escenas que nunca antes se habían visto en una película de terror de la manera que se muestra en este filme, y sin los cuales la película no hubiera tenido tan grande aceptación.
Otro aspecto determinante para que El Exorcista generara tal impacto en los espectadores, fue sin duda el trabajo de cámara realizado, esa combinación de planos amplios y cerrados a lo largo de la película, que permite captar un panorama general de lo que ocurre, por ejemplo en el momento del exorcismo de Regan, y a la vez invita al espectador a fijarse en detalles que Friedkin quiere que se observen, como las laceraciones que el agua bendita causaba en la niña, los vómitos, el mensaje que decía “help me” en el estómago de Regan, entre otros detalles que abonan a la generación de terror de quienes ven el filme. Además de los planos, otro aspecto relevante es la transición de la cámara de un simple espectador a un protagonista de la película, esto invita a quienes la ven a formar parte de la trama, por ejemplo, cuando el padre Karras es poseído finalmente por el demonio y este sale del cuerpo de Regan, el padre se tira por la ventana; en este momento la cámara realiza varias transiciones en las que por un momento vemos al padre volar, mientras que en otro nos permite sentir que somos nosotros los que volamos, en otro instante vemos a Karras caer por las gradas, para luego sentir que somos los espectadores quienes experimentamos esa caída y vemos lo que Karras vio.
Esta película se basa en el argumento de “El intruso destructor” donde el demonio es ese intruso que irrumpe en el cuerpo de una Niña (Regan) poseyéndola y destruyendo la armonía de una familia. En la película, aunque se puede evidenciar la inspiración que tiene del relato clásico mesiánico “Rosmery’s baby, de Roman Polasky, es evidente cómo el director y el guionista le dan un giro relevante a este relato clásico, de donde nacen la mayoría de historias de terror sobre posesión satánica que existían en esa época. En la película, no nace un hijo de satanás, producto de una anti Virgen, sino que el diablo se apodera de un niño normal y le hace su ciervo, su instrumento para infundir el mal y el terror; sin duda alguna este filme genera una nueva óptica del personaje del Diablo en la tierra.
A El Exorcista, de 1973, le suceden las películas El Exorcista II y III, las cuales no tuvieron tanto éxito en taquillas. Así también, muchas otras historias de terror han retomado este tema y se han realizado muchas más películas sobre exorcismo, sin embargo este primer filme es el que marco y formo los arquetipos y lineamiento que todas las demás películas que le suceden a esta siguen e incorporan a sus guiones, y no solamente las películas de exorcismo, sino todas las películas de terror, algunos de estos arquetipos son: el arrojar vómito, levitar, mover la lengua como serpiente, entre otras. Luego de esto, queda la pregunta ¿qué hubiera pasado si esta película no hubiese existido?, ¿sería igual lo que ahora conocemos como película de terror?, probablemente sí o probablemente no, pero algo de lo no hay duda es del aporte de El Exorcista tuvo en la cinematografía de terror.